Las mujeres ya representan el 57% de los estudiantes universitarios en Estados Unidos, y un 60% de los que se gradúan, cuando tan sólo hace tres décadas eran minoría.
Gary Becker escribe en su blog sobre este fenómeno. El que fuera Premio Nobel de Economía en 1992 se pregunta por las causas de este cambio de tendencia, que también se puede apreciar en numerosos países europeos y en algunos países asiáticos.
Sin duda, una razón importante es que hoy en día las mujeres tienen hijos mucho más tarde que hace 30 años. A esto se une el descenso de las cifras de natalidad y su deseo de pasar más tiempo trabajando en lugar de cuidar niños o dedicarse a las labores domésticas.
Aunque frustrará a más de un universitario español, Becker explica que otro de los motivos es que en Estados Unidos la diferencia entre el sueldo de un titulado universitario y el de alguien que sólo tiene el bachillerato se ha incrementado en las últimas décadas. Si en 1980 era un 40% superior, en la actualidad esa diferencia es de un 80%, lo que sin duda hace que sea atractivo tener un título.
Finalmente, otra de las causas radicaría en las mejores calificaciones que, de forma consistente, las mujeres logran en todas las etapas educativas, lo que determina que el índice de fracaso escolar entre los hombres sea, desde el instituto, muy superior al de sus compañeras.
Cualquiera que sea la explicación, este cambio en la demografía universitaria inexorablemente acabará significando un aumento en el número de mujeres que ocupan puestos de responsabilidad en las empresas y, es de esperar, una reducción de las diferencias que todavía existen entre el salario medio que perciben ambos sexos.
Sin embargo, en mi opinión, el cambio más relevante se producirá en el campo de los estilos de liderazgo, ya que veremos como se impone el liderazgo femenino del que precisamente hoy habla Mary Lou Quinlan, fundadora de Just Ask a Woman, en «La Contra» de La Vanguardia: un liderazgo emocional y emocionante, solidario pero sólido, cooperativo y operativo, flexible y pragmático.
Imagen Mr. Nixter bajo licencia Creative Commons