Aviso a navegantes: Para navegar en las difíciles aguas del entorno actual las empresas necesitan equipos humanos orientados, cohesionados, compenetrados, comprometidos, en los que el conjunto pese más que las individualidades. Equipos de alto rendimiento, con objetivos compartidos, autonomía de acción, donde los roles estén claramente asignados y repartidos de forma equilibrada, con miembros capacitados y comprometidos. Equipos liderados por personas capaces de gestionar adecuadamente las discrepancias y la incertidumbre, asumir con valentía sus propios errores y celebrar con generosidad los éxitos.
Sin embargo, miramos a nuestro alrededor, y ¿qué es lo que vemos? Lo que nos encontramos es que, en muchas organizaciones, las personas coinciden en un determinado espacio, físico o virtual, siguen ciertas normas y procedimientos, pero cada uno se preocupa ante todo de su propio beneficio, mientras que el beneficio del conjunto queda relegado a un segundo plano.
¿Somos conscientes del riesgo que esto supone cuando el entorno se vuelve adverso?
Imagen Lars-Plougmann bajo licencia Creative Commons