La noticia aparece hoy en todos los medios. El número de desempleados en España ya supera los cuatro millones, la barrera psicológica que el ministro de Trabajo dijo que nunca traspasaríamos. Los datos del primer trimestre de 2009 confirman la tendencia: la destrucción de empleo se acelera y más de uno se pregunta si no acabaremos llegando a los cinco millones a final de año. Los números dan escalofríos: en los primeros tres meses del año se destruyeron 766.000 empleos netos y el paro creció a razón de 8.920 parados al día. Además, el paro de larga duración aumentó más de un 90% y afecta ya a casi un millón de individuos. También supera el millón el número de hogares con todos sus miembros activos en paro…
En sus declaraciones, la ministra Salgado afirmó que «el que haya ochocientos mil parados más pone de manifiesto que el despido no resulta caro o difícil». Sólo le faltó decir que vamos por el buen camino en la lucha contra la temporalidad en el empleo y felicitarse porque en un año hemos reducido en más de un millón el número de trabajadores con este tipo de contratos.
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