Hace un par de semanas la periodista Montse Carneiro me entrevistó para La Voz de Galicia con ocasión de la ponencia que realicé en el marco del VIII Congreso Internacional de la Felicidad en el Trabajo que tuvo lugar en La Coruña. A continuación transcribo el contenido de la entrevista a la que también podéis acceder desde este enlace.
¿Qué empresas se están adelantando a los cambios?
Las grandes y complejas y las que están afectadas por algún tipo de disrupción, algún cambio que las obliga a replantear su modelo. El vehículo autónomo, por ejemplo, ya está aquí. Falta la normativa y cuando llegue el efecto será brutal. Vamos a un mundo en el que la tecnología, el software, asumirá las tareas rutinarias y reservará para las personas las tareas complejas, para las que en juego la creatividad, la iniciativa, la influencia… Y no es solo la tecnología: la demografía, el envejecimiento, la multiculturalidad, que una empresa sin salir de España tenga que adaptar sus horarios porque una parte de su plantilla celebra el ramadán, son realidades que hay que gestionar ya.
¿Cómo se forma a los profesionales en algo que no existe?
Las empresas tecnológicas ya tienen dificultades para cubrir vacantes porque el sistema educativo no es capaz de generar profesionales al ritmo de crecimiento de la demanda. Y en esa misma sociedad hay jóvenes sobrecualificados doblando camisetas en las tiendas… Habrá que estar atentos, pero no puedes esperar a que la empresa te forme.
Su ponencia trata sobre la marchas voluntarias. ¿Por qué la gente deja el trabajo?
El mercado en España es muy dual. Conviven las estrellas, los ingenieros que todos quieren, fichajes casi futbolísticos que se suelen mover por proyectos, con el precariado, que busca dónde ganarse la vida un poquito mejor. El 75 % de las 608 personas a las que encuestamos señalan el desarrollo profesional y el jefe como motivos principales. Pero en función del segmento, el sector, el género, varían mucho. Los directivos responden la falta de autonomía. Hay multinacionales con tendencia a centralizar las decisiones y directivos que no pueden comprar ni un lápiz. Se ven como meros ejecutores y es muy frustrante.
Las estructuras no varían, entonces. ¿Cuáles son las tareas pendientes de las empresas?
Las jerarquías vienen heredadas de un contexto diferente y ahora tienen mal encaje. Las estructuras tienen a protegerse a sí mismas. Si tu razón de existir es la propia estructura, deberías hacértelo mirar. A lo mejor ya no necesitas al supervisor. Todos adultos y sabemos qué tenemos que hacer. El liderazgo tiene que evolucionar mucho y también la tolerancia al error. Debería celebrarse más el fracaso. Solo con el error, el ensayo constante, se innova.