Alfons Cornella escribe en el blog de Infonomía acerca de las implicaciones que el creciente volumen de información disponible en el “mundo Google” tiene para las empresas.
Internet ha puesto a nuestro alcance cantidades ingentes de información de manera que la información ha dejado de ser un recurso escaso. Si algo sobra hoy en día es precisamente información. El reto radica ahora en saber separar el grano de la paja, en ser capaces de identificar cuál de toda esa información es realmente relevante.
Los «ojeadores» de P&G o Merck representan una de las posibles respuestas organizativas a este desafío, pero identificar y aprovechar la información disponible en el entorno no basta. Además, las empresas deben establecer mecanismos que les permitan diferenciarse y comunicar al mundo, al mercado, que lo que hacen es relevante. Una posible vía son los llamados «mercados de soluciones».
Innocentive, una comunidad virtual que pone en contacto a científicos de todo el mundo con los retos de I+D que se encuentran las empresas, es un buen ejemplo. En cualquier caso, todavía son muy pocas las empresas que entienden que su organización es una red de personas en contacto con otras redes, una red que cada vez juega un papel más importante en el posicionamiento y competitividad de la empresa. Gestionar con eficacia esta red será uno de los principales retos del management en los próximos años.
El software social es un gran invento y puede ser de ayuda, pero sólo en la medida en que las empresas aprendan a aprovechar todo su potencial para conocer y darse a conocer al mundo. Como siempre, lo importante no es tanto la herramienta, sino el uso que hacemos de ella. De nuevo las personas, los individuos, se perfilan como los grandes protagonistas de la revolución 2.0…
Imagen Tristram Biggs bajo licencia Creative Commons