En la introducción de su libro «Redefiniendo la globalización» Pankaj Ghemawat utiliza el mundo del fútbol para ilustrar la progresiva globalización del mercado de trabajo; un fenómeno que favorece a las empresas que estén dispuestas y cuenten con los recursos necesarios para buscar, más allá de las fronteras de sus países de origen, la «crema» del talento mundial, pero que también permite a países en desarrollo beneficiarse del efecto polinizador de las experiencias internacionales de sus ciudadanos:
«El mayor movimiento de jugadores a través de las fronteras ha concentrado la calidad y el éxito en los equipos más ricos de cada país. En la Liga de Campeones Europea, por ejemplo, el número de equipos distintos que se clasifican para los octavos de final ha disminuido notablemente en los últimos veinte años. […] Sin embargo, esta historia de un éxito cada vez más concentrado no se refleja en el Mundial de Fútbol. Aquí, en cambio, un número creciente de países pobres se ha vuelto competitivo a escala global, al haber mejorado las habilidades de sus jugadores gracias a la experiencia adquirida en los clubes europeos. De esta forma, cada uno de los cinco últimos mundiales ha tenido en sus cuartos de final una media de dos equipos que jamás habían logrado llegar tan lejos.»
Para pensar.
Imagen Yeyen-Rosseau bajo licencia Creative Commons