Se confirma. España pierde fuelle. En el Global Competitiveness Report 2009-2010, recientemente publicado por el Foro Económico Mundial, nuestro país retrocede cuatro posiciones respecto al año pasado, bajando del puesto 29 al 33, entre un total de 133 países analizados.
Dejando aparte la escasa incidencia de la malaria -la menor de todos los países objeto de estudio-, entre los puntos positivos de España el informe destaca aspectos tales como el grado de escolarización en enseñanza primaria (puesto 4), secundaria (3) y terciaria (18); la esperanza de vida (7), la calidad de la infraestructura ferroviaria (18), o la calidad de nuestras escuelas de negocios (6).
Sin embargo, pone los pelos de punta que ocupemos el lugar 78 de 133 en calidad del sistema educativo, el puesto 81 en incorporación de la mujer al mercado de empleo, el 91 en productividad de los trabajadores, el 122 en prácticas de contratación y despido (hiring and firing), el 115 en flexibilidad en la fijación de salarios, el 85 en costes de despido, el 116 en rigidez del empleo, el 108 en tiempo necesario para crear una empresa, el 109 en tasa efectiva de impuestos, el 73 en formación a los empleados, el 99 en calidad de enseñanza en matemáticas y ciencias, el 80 en la transparencia con que el gobierno establece sus normas, o el 105 en la carga de normativas gubernamentales que han de soportar los ciudadanos.
Para acabar, señalar que entre los 30 primeros países del ranking únicamente otros tres, Corea del Sur, Islandia e Israel, han sufrido descensos en su competitividad comparables al que ha experimentado España en este último año. Un síntoma más de que puede que haya algo que no estamos haciendo del todo bien…
Imagen Angel bajo licencia Creative Commons