Nuevo tirón de orejas para España. Esta vez es la Comisión Europea la que, en un informe presentado ayer, advierte del serio riesgo que corren las pensiones y el sistema sanitario español si no se acometen reformas estructurales profundas de manera urgente. Según Bruselas el gasto en pensiones en España pasará de suponer un 8,9% del PIB en 2010 a superar el 15% en 2060, mientras que el conjunto del gasto en pensiones y asistencia sanitaria se elevará, en el mismo período, hasta alcanzar el 28,3% del PIB. Simplemente insostenible.
El informe de la Comisión también incluye a Reino Unido entre el grupo de países con una posición de alto riesgo, pero allí, a diferencia de lo que sucede en España, hace tiempo que se están moviendo en la dirección correcta. En 2006 el gobierno laborista anunció el aumento progresivo de la edad de jubilación hasta situarla en los 68 años en el 2046, y ahora los conservadores, previsibles vencedores de las próximas elecciones, están dispuestos a acelerar este proceso.
En nuestro país hemos reaccionado como era de esperar. La ministra ha dicho que el informe no le genera ninguna inquietud y que podemos estar tranquilos porque «hay tiempo, mucho tiempo por delante». Así que ya sabéis: tranquilos que aquí no pasa nada (hasta que pase).
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