Teníamos la sensación de que el cuarto trimestre de 2021 había sido un trimestre en el que el teletrabajo había ‘contraatacado’. Tras una vuelta de vacaciones de verano en que los accesos a las grandes ciudades volvieron a sufrir niveles de congestión comparables, y en algún caso superiores, a los de septiembre de 2019, y comprobábamos como las políticas de trabajo híbrido que implantaban muchas compañías eran más tímidas de lo que muchos de sus trabajadores esperaban (e incluso de lo que algunos empleadores habían previamente anunciado), en el mes de noviembre éramos testigos de como la llegada de la variante ómicron llevaba a muchos grandes empleadores no solo a cancelar convenciones y celebraciones navideñas, y a revisar sus protocolos COVID, sino en muchos casos también a revertir sus planes de «vuelta a la oficina».
Este es el motivo de que tuviéramos mucha curiosidad por conocer los datos sobre trabajo desde el propio domicilio que, desde que se desató la pandemia, el Instituto Nacional de Estadística incluye trimestralmente en su Encuesta de Población Activa. Es cierto que «trabajo desde el domicilio» y «teletrabajo» no es lo mismo. Lo comprobamos, por ejemplo, si comparamos los datos de la EPA de los últimos trimestres con los resultados de la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares publicada por el mismo organismo y a los que hacía referencia en un post anterior. No obstante, atendiendo a la evolución de los datos del INE sobre trabajo a domicilio a lo largo de los últimos trimestres creo que podemos tomarlo como un ‘proxy’ bastante fiable de si el teletrabajo aumenta o disminuye en nuestro país.
Nuestra gran duda era si esos datos reflejarían un resurgimiento del teletrabajo durante el último trimestre del año, como consecuencia de la explosión de casos de la enfermedad tras la llegada de la variante ómicron y debido a que las empresas más pequeñas siguieran el ejemplo de las grandes corporaciones, o si, por el contrario, el trabajo desde el hogar continuaría la trayectoria descendente que ha seguido desde los máximos que alcanzó en el segundo trimestre de 2020, en el momento más álgido de la pandemia (con la excepción del importante repunte que experimentó en el primer trimestre de 2021 con la tercera ola).
Pues bien, ya tenemos aquí los datos, y aunque se ha observado un ligero repunte del trabajo desde el propio domicilio, debemos reconocer que ha sido inferior de lo que esperábamos. En el cuarto trimestre de 2021 trabajaron desde sus hogares, toda o una parte de su jornada, el 13,6% de la población ocupada, lo que supone un aumento respecto al 12,7% en el tercer trimestre, pero sin que volvamos a los niveles de los trimestres segundo (14,7%) y primero (16,6%) de 2021.
Además, hay que señalar que el porcentaje de personas ocupadas que trabaja desde su domicilio más de la mitad de los días no ha aumentado en el cuarto trimestre de 2021 (un 7,9%, frente al 8% el tercer trimestre, el 9,4% el segundo y el 11,2% el primero) sino que lo que ha crecido ha sido el porcentaje de la población ocupada que trabajó desde su hogar menos de la mitad de los mitad de los días (un 5,7% frente al 4,7% el tercer trimestre, el 5,3% el segundo, y el 5,4% el primero).
Imagen Mike McCune bajo licencia Creative Commons