Entramos en ese período en que muchos diccionarios del mundo anglosajón eligen sus “palabras del año”. Aunque los métodos utilizados por las diferentes publicaciones para hacer su elección son variados, esas palabras reflejan no solo los intereses de sus lectores, sino los temas que más han preocupado a la sociedad durante los últimos meses. Sobre todo si observamos desde lo alto todas las palabras seleccionadas por los diferentes diccionarios (no solo las ganadoras) y tratamos de conectar los puntos…
Tóxico
El diccionario de Oxford, por ejemplo, se ha decantado por Toxic (tóxico). No es solo que en 2018 este término se haya buscado un 45% más que el año pasado. También es significativo que muchas de las personas que buscaron en el diccionario esta palabra durante los últimos meses estuvieran interesadas no solo en su aplicación a productos, substancias o gases, sino que, con mucha frecuencia, en sus búsquedas este adjetivo acompañaba sustantivos como masculinidad, entorno, relación o cultura (todos ellos tóxicos, claro).
Entre las palabras finalistas de Oxford me quedo con el verbo Gaslighting, referido a la «acción de manipular psicológicamente a otra persona hasta el punto de que esta acepta una descripción falsa de la realidad o dudar de la propia salud mental», Orbiting, la acción de «suspender de manera abrupta la comunicación directa con alguien en medios sociales, pero controlando y a veces respondiendo a la actividad de esta persona en esos medios», Techlash, «una fuerte y generalizada reacción frente al creciente poder e influencia de las grandes empresas tecnológicas”, Cakeism, un término muy británico para referirse a la “creencia de que es posible beneficiarse a la vez de dos alternativas incompatibles entre sí”, y Gammon, aunque referida no a la carne de cerdo ahumada que sirven en los pubs británicos, sino utilizada como un término despectivo para un «hombre blanco de clase media mayor cuyo rostro se enrojece debido a la ira al expresar sus opiniones políticas».
Nomofobia
El diccionario de Cambridge, por su parte, ha escogido su palabra del año entre cuatro finalistas preseleccionadas por sus editores entre los nuevos términos añadidos al diccionario más populares y relevantes. Para ello ha llevado a cabo una votación entre sus lectores y usuarios de medios sociales, y la palabra elegida ha sido Nomophobia, un término que hace referencia al “miedo o preocupación ante la idea de estar sin el móvil o no poder utilizarlo”.
Una elección sugerente aunque las demás palabras preseleccionadas por los editores de este diccionario también estaban cargadas de significado: Gender gap, «la diferencia en la forma en que hombres y mujeres son tratados en la sociedad, o entre lo que hombres y mujeres pueden hacer y lograr», Ecocide, la «destrucción del entorno natural en una zona, o un daño muy grande al mismo», y No-platforming, la acción de «rehusar una persona una oportunidad para hacer públicas sus ideas o creencias, por pensar que esas ideas son peligrosas o inaceptables».
Un solo uso
Por lo que respecta al diccionario Collins, su elección ha sido Single-use, un término que durante 2018 los usuarios de este diccionario han buscado cuatro veces más que en 2013 y que describe objetos de uso diario, principalmente hechos de plástico, que debido a su proliferación incontrolada se han convertido en una amenaza para el medio ambiente.
Entre las finalistas de Collins caben destacar las palabras Backstop, un «sistema que surtirá efecto si no se toma ninguna otra medida», Metoo, utilizado como adjetivo, en «referencia al movimiento que buscar denunciar y erradicar comportamientos sexuales predatorios, sobre todo en los lugares de trabajo», y Plogging, una «actividad de ocio originaria de Suecia que combina el running con la recogida de basura».
Mala información
Finalmente, Dictionary.com, ha elegido como su palabra del año Misinformation. Muchos traductores online traducen esta palabra como “desinformación”, pero aquí es muy importante matizar la diferencia que existe en inglés entre misinformation y disinformation. Dictionary.com define la primera como «false information that is spread, regardless of whether there is intent to mislead”, y la segunda como «deliberately misleading or biased information; manipulated narrative or facts; propaganda”. Es decir, ambas se refieren a la difusión de información falsa o manipulada, pero mientras en la segunda existe una voluntad de engañar, en la primera no. Una diferencia que los editores de Dictionary.com han tenido muy en cuenta a la hora de seleccionar su palabra del año, para que nos sirva como una llamada de alerta en la era de la posverdad (post-truth) y las noticias falsas (fake news) (por cierto, palabras del año del diccionario de Oxford en 2016 y 2017 respectivamente).