La globalización del mercado de trabajo también se nota en el sector ganadero. Hace unos días veía un reportaje en televisión donde se explicaba que en el campo español la mayor parte de los trabajos de esquila los hacen profesionales procedentes del Este de Europa.
Se trata de un trabajo de temporada. En un par de meses pueden sacar las mismas ganancias que trabajando todo un año en su país. Pero su ventaja competitiva no es sólo cuestión de precio. Estos esquiladores se sirven de la tecnología (herramientas eléctricas) y de un proceso más eficiente (la técnica australiana, donde, a diferencia del método tradicional utilizado en España, no se atan las patas del animal) para lograr una mayor productividad. Además de ser más rápido, con esta técnica el trabajador no se cansa tanto y la oveja sufre mucho menos, reduciéndose el riesgo de heridas, abortos, etc.
En el reportaje el jefe de uno de estos grupos de esquiladores -un polaco- se lamentaba de lo infructuosos que han sido sus intentos de formar y contratar trabajadores españoles para realizar esta tarea. Me ahorro los comentarios…
Imagen David-Kelleher bajo licencia Creative Commons