“Innovation isn’t limited to R+D rooms anymore. The Web 2.0 movement—powered by scrappy start-ups such as Twitter, Malhalo and even YouTube have proven that innovation often happens in iterations. Build, launch, tweak, measure, and repeat… Digital experiences seem to be “always in beta”—learning and evolving along the way.”
Jim Buckmaster, CEO de Craigslist -un servicio de anuncios clasificados gratuítos muy popular en Estados Unidos-, dice que uno de sus principios es primar la velocidad sobre la perfección. “Get something out there. Do it, even if it isn’t perfect” es su lema. Posiblemente hubiese resultado chocante si un ejecutivo lo hubiese dicho hace diez años, pero hoy en día ya nadie se lleva las manos a la cabeza.
Aunque a finales del año pasado Buckmaster sorprendió a más de un analista bursátil cuando declaró que su empresa no estaba interesada en maximizar sus beneficios sino que prefería limitarse a ayudar a sus usuarios a encontrar una vivienda, un coche, un empleo o una cita, no se trata de ningún excéntrico. Pese a que esta actitud pueda poner nervioso a más de un perfeccionista obsesionado por el control, es compartida por un número cada vez mayor de dirigentes empresariales y refleja la profunda transformación que ha experimentado el mercado en los últimos años.
Rapidez y agilidad se cuentan entre las principales fuentes de ventaja competitiva en un entorno cambiante al tiempo que los consumidores se han levantado de sus poltronas para jugar un papel activo en el proceso de innovación y desarrollo de (siempre) nuevos productos. A las empresas, como no podría ser de otra manera, no les queda más remedio que adaptarse a este nuevo escenario. Es renovarse o morir.
Imagen Rob Lee bajo licencia Creative Commons