A raíz de la reciente salida de dos de sus empleados clave, hace unos días Ben Dowell escribía en The Guardian sobre las dificultades que el canal de televisión al-Jazeera English -la versión en inglés de al-Jazeera- está sufriendo debido a las diferencias culturales entre los periodistas occidentales que componen la mayoría de su plantilla, sus colegas árabes y la dirección de este grupo de comunicación, fundado hace más de una década por el emir de Qatar.
A la hora de plantearse su expansión internacional, pocas empresas prestan la debida atención a las cuestiones culturales. Al contrario, son muchas las que no se dan cuenta de los grandes problemas que puede provocar una gestión inadecuada de las diferencias culturales hasta que es demasiado tarde. Es lo que en su día sucedió cuando se fusionaron Daimler y Chrysler y es lo que, en un escenario distinto, le está pasando ahora a al-Jazeera.
En el caso de al-Jazeera English una gran parte del problema viene de no haber definido desde el principio cuál sería la identidad del nuevo canal: simplemente una versión en inglés del original en árabe, o una alternativa independiente a la altura de competidores como CNN o BBC. A partir de ahí la falta de claridad -un entorno que a los árabes no resulta especialmente incómodo- ha provocado multitud de problemas. Desde la frustración de los presentadores anglosajones – muy orientados a resultados y preocupados por su «caché»- porque no existen cifras de audiencia disponibles, hasta el caso de Jo Burgin, antigua directora de planificación, que tras su salida demandó a la cadena por discriminación sexual, racial y religiosa a causa de lo que, muy probablemente, sólo fuese un malentendido motivado por las diferencias culturales entre una ejecutiva occidental y la dirección de una empresa árabe que busca ofrecer una visión de la actualidad internacional en clave islámica.
Imagen Toby Bradbury bajo licencia Creative Commons
El tema está complicado… no tiene fácil arreglo, a pesar de la Alianza de Civilizaciones.
Que bueno que alguien haya comentado sobre el tema… El problema lo tienen particularmente agudizado las empresas norteamericanas y en menor grado las europeas. Las multinacionales no terminan de entender que existen muchas más culturas en el mundo que la americana y que a pesar de que en una región beban coca cola y miren películas de hollywood siguen teniendo sus raíces y cultura intactas.