Hoy publico en El País Negocios un artículo sobre la competencia intercultural, es decir, la capacidad de relacionarnos con eficacia con personas de culturas diferentes. Una competencia que cotiza al alza en un mundo en proceso de globalización, donde las relaciones entre organizaciones e individuos de nacionalidades y culturas distintas se multiplican, y donde, en consecuencia, cada vez más puestos de trabajo requieren de esta capacidad.
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La semana pasada asistí por internet a una conferencia de Gary Weaver, profesor de la American University sobre Cross Cultural Management.
Este profesor comentaba que existían algunos rasgos de personalidad que correlacionaban negativamente con la competencia intercultural: 1/ baja tolerancia a la ambiguedad; 2/ alta orientación a la tarea (fuerte necesidad de logro individual; y 3/ inflexibilidad y mentalidad cerrada.
Aunque la personalidad es importante, comentaba que estos rasgos eran poco frecuentes y que el verdadero riesgo estaba en la baja autoconciencia de nuestro propio marco cultural.