Eric Schmidt es desde 2001 el CEO de Google. Junto a los fundadores Larry Page y Sergey Brin, forma parte del triunvirato que dirige esta empresa, reconocida mundialmente por lo novedoso de las soluciones organizativas y los métodos de gestión y dirección de personas que emplea; unas prácticas que, sin duda, marcan tendencia en el mercado.
Pero no nos engañemos. Que la tendencia sea hacia una mayor flexibilidad, apertura, colaboración y transparencia no quiere decir que en el futuro trabajaremos menos duro ni menos horas, especialmente si ocupamos una posición directiva. Al contrario, en unos mercados globales, que se mueven a una velocidad de vértigo, los dirigentes empresariales deberán estar preparados para dar más de sí mismos si quieren estar a la altura de las circunstancias.
En este sentido resulta muy ilustrativa la respuesta de Schmidt, en una entrevista publicada en el número de septiembre de The McKinsey Quarterly, a la pregunta: «¿Qué tipo de personas tendrán éxito en este entorno [futuro]?»:
«Me atrevería a decir que en muchas organizaciones todavía hay mucha gente que entra a las 9 y se va a las 5:30 después de una pausa de media hora para comer, y su productividad está definida como la cantidad de trabajo que son capaces de hacer en 8 horas. Diría que [para ellos] las cosas no han cambiado mucho en los últimos 50 años. Un ejemplo contrario lo encontramos en la blogosfera. Muchos bloggers no pueden dormir. Es [un mercado] tan competitivo que si se van a dormir y surge una historia, todos los clicks se van a los otros [blogs]. Así que hay bloggers que acaban siendo un verdadero desastre a escala humana como consecuencia de trabajar en un entorno tan tenso.
Hay un amplio espectro en medio, y, como ejecutivo, deberías pensar dónde estás en ese espectro, como individuo y también como organización. Para los altos directivos puede que ese equilibrio ya no sea posible. Me gustaría tener un equilibrio en mi vida, salvo que el mundo es un escenario global, y mientras duermo hay una crisis en algún país, pero todavía no he conseguido dar con la fórmula para no dormir… Así que el hecho es que vas a seleccionar a directivos a los que les vaya la urgencia de toda esta intensidad, a quienes les mueva ese sentido de crisis, de la velocidad. Son estos quienes, al final, accederán a lo más alto.»