Ya es lo que nos faltaba a los de la generación «X». Por si no teníamos bastante con ser una «generación sandwich», parece que ahora también nos va a tocar apechugar con lo peor de la crisis mientras los pobres incomprendidos (sic) de la generación «Y» se benefician de la recesión. Al menos eso es lo que defiende Tammy Erickson en su blog.
Sus argumentos son los siguientes:
Conscientes de que les queda mucho por delante, y libres de hipotecas, hijos, planes de pensiones y otras cargas financieras propias del mundo adulto, los veinteañeros disfrutan en medio de la «tormenta perfecta» de una etapa de aprendizaje y exploración. Su objetivo en el mercado de trabajo no es otro que encontrar experiencias profesionales que les enriquezcan, y su flexibilidad en cuanto a las condiciones económicas les da ventaja frente a otras generaciones (es decir, la nuestra).
Además, no les podía haber tocado mejor momento para empezar a generar un patrimonio. Nosotros nos pillamos los dedos con la burbuja inmobiliaria, pero cuando los de la generación «Y» decidan comprar casa seguramente los precios de las viviendas serán mucho más razonables.
Y qué decir de las pensiones, aunque aquí los babyboomers lo tienen todavía peor. Los «X» hemos visto como en pocos meses, y en el ecuador de nuestra vida profesional, el valor de nuestros planes de pensiones se venía abajo. Ellos, en cambio, tienen por delante largos años para que, por muy lenta que sea la recuperación, las contribuciones que hagan a partir de ahora multipliquen su valor.
Y si las cosas se tuercen, siempre tienen la posibilidad de volver a casa de sus padres …
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