Hace unos días comentaba en este blog un estudio de PayScale sobre el valor de mercado que tienen en Estados Unidos los diferentes grados universitarios. Me preguntaba si los resultados serían muy distintos si hiciésemos un estudio parecido en nuestro país. Pues mira por donde, ayer La Voz de Galicia publicaba un artículo de Elisa Álvarez que se hacía eco de un estudio elaborado por la «Axencia para a Calidade do Sistema Universitario de Galicia» sobre inserción laboral de los universitarios gallegos.
Al igual que sucede en América, en Galicia el ranking lo lideran los titulados de carreras técnicas que, con una tasa de ocupación del 79,06%, necesitan en promedio 3,57 meses para encontrar un empleo. Y eso que en esta categoría están incluidos los arquitectos, cuya empleabilidad ha sido severamente penalizada por la crisis inmobiliaria.
En el otro extremo de la clasificación encontramos titulaciones de artes y humanidades como Documentación, Filosofía, Historia, Arte, Geografía … Aquí la tasa de ocupación es tan solo del 59,96%, y sus titulados tardan un promedio de 8,24 meses en encontrar el primer empleo.
En cuanto a los salarios de partida, éstos oscilan entre los 1.363 euros mensuales de ingenieros y arquitectos y los 994 de sociólogos, psicólogos y pedagogos. Nada que ver con los de los universitarios estadounidenses.
Algunos datos que me causan especial preocupación del estudio gallego -y que tal vez sean extrapolables al resto del Estado- son los siguientes:
Primero, que el autoempleo entre licenciados y diplomados sea tan solo del 6,85%.
Segundo, que únicamente el 41% tengan un contrato indefinido dos años después de haber acabado la carrera.
Tercero, -y en mi opinión lo más sangrante- que las carreras de Ciencias (Física, Química, Biología, Matemáticas, etc.) estén entre las ramas de estudio con menores tasas de ocupación y salarios más bajos cuando últimamente todo el mundo -políticos, empresarios, académicos, periodistas- no para de hablar de investigación, desarrollo e innovación.
¿Acaso son éstas las bases del tan cacareado «nuevo modelo productivo»?
Imagen Contando Estrelas bajo licencia Creative Commons