A estas de alturas de agosto, cuando muchos ya se han reincorporado al trabajo y otros apuran la recta final de sus vacaciones estivales, seguro que a más de uno le gustaría trabajar en una empresa en la que pudiese coger todos los días de vacaciones que quisiera en el momento que lo deseara.
Suena utópico, pero es lo que sucede en Netflix, una empresa de Silicon Valley dedicada al streaming de video que ofrece a sus clientes la posibilidad de ver en la televisión de su casa, a través de su consola de juegos (Wii, PS3, XBox), todas las películas que quieran por una pequeña cuota mensual.
Lo explicaba hace unos días Daniel H. Pink en un artículo publicado en Telegraph.co.uk. La política de vacaciones de Netflix es bien simple: no hay política de vacaciones. Empleados y directivos pueden cogerse las vacaciones que quieran, cuando quieran, y nadie lleva la cuenta de cuantas ha disfrutado cada persona.
Fundada en 1999, hasta 2004 Netflix trataba las vacaciones de forma tradicional. Cada empleado podía disfrutar de un número limitado de días al año. Sin embargo, pronto llegaron a la conclusión de que, si sus empleados contestaban correos los fines de semana y resolvían problemas de trabajo por las noches en su casa, no tenía mucho sentido controlar las horas de presencia de cada individuo, así que del mismo modo que decidieron no tener un horario de trabajo, también decidieron darle finiquito a su política de vacaciones. De este modo, ahora los 600 empleados de la compañía pueden disfrutar de todas las vacaciones que quieran con la única condición de que informen a sus jefes y que sus responsabilidades queden debidamente cubiertas.
Se trata de un claro ejemplo de la confianza que esta empresa deposita en sus empleados, como también lo es su política de gastos. En este caso son tan sólo cinco palabras pero que lo dicen todo: «Act in Netflix’s Best Interests«.
Sin embargo, este alto grado de responsabilidad y autonomía que la empresa otorga a sus empleados no está reñido con un elevado nivel de exigencia. Es más, precisamente este alto grado de exigencia es lo que permite dar tanta libertad a las personas. Lo explican abiertamente en la presentación sobre la cultura de la compañía: En Netflix «un nivel de rendimiento adecuado lleva asociada una generosa indemnización por despido».
Imagen Jenny Cestnik bajo licencia Creative Commons