Escribo esta entrada en el tren, de regreso de Madrid, de donde vengo de recoger el premio que el Observatorio de la Blogosfera de RR.HH. ha concedido este año a mi blog. Una enorme satisfacción, por el reconocimiento que supone a casi nueve años de actividad, y un gran orgullo, en particular por la gran calidad de las demás bitácoras finalistas. Desde aquí mi agradecimiento más profundo al jurado.
Ha sido un gusto compartir “podio” con Jaime Pereira, a quien conozco desde hace ya unos años, y con Octavio Ballesta, que hoy no ha podido estar con nosotros debido a la triste situación que vive su país, Venezuela, pero que nos envió un video con un inspirador mensaje. Además, han recibido una mención especial los blogs de Xavier Camps y Uxio Malvido. La verdad es que cualquiera de ellos podría haberse llevado el oro.
Aprovechando la ocasión, Jaime y yo hemos compartido algunas reflexiones con los asistentes al acto. Moderados —o, mejor dicho, provocados— por Eugenio de Andrés, conversamos sobre la necesidad que tiene la función de Recursos Humanos de cambiar para adaptarse a los tiempos y volverse más innovadora, como mínimo todo lo innovadora que necesita ser cualquier organización para sobrevivir en un mundo en cambio continuo, y sobre la diferencia que observamos entre la velocidad a la que evoluciona esta función y lo rápido que cambia el mundo.
Entre otras cosas, hablamos sobre la falta que hace que los profesionales de RR.HH. se atrevan a experimentar nuevas fórmulas, aprendan a hablar el lenguaje del negocio para no quedar excluidos de las conversaciones que realmente importan, y asuman que el capital humano de las organizaciones se extiende en muchos casos más allá de los empleados en nómina.
Y, sobre todo, que entiendan que las empresas inteligentes van a cuidar de su capital humano sí o sí, ya que de éste cada vez depende más su competitividad. Y que lo harán con o sin su ayuda…