Para aquellos que os enfrentáis por primera vez a este palabro, un chatbot, bot de charla o bot conversacional es según Wikipedia «un programa que simula mantener una conversación con una persona al proveer respuestas automáticas a entradas hechas por el usuario. Habitualmente, la conversación se establece mediante texto, aunque también hay modelos que disponen de una interfaz de usuario multimedia. Más recientemente, algunos comienzan a utilizar programas conversores de texto a sonido (CTV), dotándolo de mayor realismo a la interacción con el usuario.»
La cuestión es que el uso de chatbots en el ámbito de la gestión de personas en las organizaciones, y más específicamente en el campo del reclutamiento, se está extendiendo con rapidez, y ese es el motivo de esta entrada.
Por ejemplo, FirstJob, una compañía que se dedica a facilitar su primer empleo a universitarios recién graduados, anunciaba hace pocas semanas la puesta en marcha de su bot Mya que, según esta empresa, permite automatizar hasta un 75% del proceso de reclutamiento. Esta solución de inteligencia artificial utiliza una combinación de tecnologías de machine learning y de procesamiento del lenguaje natural (NLP) para formular preguntas a candidatos, comprobar sus credenciales académicas, administrar pruebas y cuestionarios, y responder a sus preguntas sobre cuestiones tales como la cultura de la empresa, políticas o beneficios.
Si Mya no tiene respuesta para alguna pregunta que le formula un candidato le dice que no tiene esa información pero que le preguntará a un reclutador humano. Una vez que el reclutador introduce la respuesta en el sistema el bot la traslada a todos los candidatos que hayan preguntado lo mismo.
Para evitar confusiones, al principio de la conversación Mya advierte a su interlocutor que no está hablando con una persona sino con una solución de inteligencia artificial. A lo largo del proceso le mantiene informado del estado de su candidatura, y al final del mismo, si ha sido descartado, le avisa que la vacante ha sido cubierta. Algo que como todos sabéis en la práctica no siempre sucede.
Mya proporciona a sus clientes una clasificación de los candidatos en función de diferentes métricas, además de contribuir a mejorar la experiencia de esos candidatos y con ello su predisposición a escuchar las propuestas de los empleadores en un mercado de trabajo donde estos luchan por conseguir a los mejores.
Además, Mya no solo funciona en el sitio web de FirstJob sino que puede comunicarse con los candidatos a través de otros canales como Messenger, Skype, SMS, Mail, etc. Por otra parte, Mya se integra con los principales “Applicant Tracking Systems” del mercado como Taleo, Greenhouse, Jobvite o SuccessFactors, lo que facilita la adopción de esta solución por parte de las empresas usuarias de estas aplicaciones.
El Tinder del empleo
Otro caso interesante, aunque con un enfoque diferente al de Mya, es JobPal una pequeña compañía con base en Berlín, que hay quien define como el Tinder del empleo. Utiliza un bot para preguntar a las personas que buscan un empleo qué es lo que buscan y dónde. El bot les presenta alternativas y los candidatos pueden aplicar sin necesidad de abandonar la aplicación.
Este bot está disponible en Messenger, Skype, Slack, Telegram, lo que confirma la tendencia a trasladar la actividad de reclutamiento online hacia aquellas plataformas donde los candidatos pasan una mayor parte de su vida digital. Y parece ser que en breve incorporará funcionalidades de filtrado de candidaturas utilizando tecnologías similares a las de Mya.
Pero aun hay más…
Desde el lado de la oferta del mercado de trabajo, empieza a haber candidatos que programan sus propios bots para proporcionar a los reclutadores información sobre sus intereses y pasiones, su curriculum vitae, o incluso para gestionar entrevistas. Como EstherBot , una creación de la especialista en marketing de producto de San Francisco Esther Crawford.
Esther ha programado su bot para responder automáticamente al tipo de preguntas sobre experiencia profesional y encaje cultural que suelen hacer los reclutadores, y que hasta ahora tenía que preguntarle por correo electrónico o por teléfono. Como en qué ciudades estaría dispuesta a vivir o información sobre sus intereses personales y proyectos extra laborales.
El bot de Esther, que puede comunicarse con los reclutadores a través de Facebook Messenger o mensajes de texto, incluye en sus respuestas palabras clave en mayúsculas, que indican los temas de los que es capaz de hablar. El bot no entiende frases completas o preguntas abiertas, sólo las palabras clave que proporciona. Pero tiempo al tiempo…
Tengamos en cuenta que Crawford, que no es un ingeniero, fue capaz de construir el programa sin apenas conocimientos de programación utilizando la plataforma Smooch, la integración de soporte para Messenger y la solución de mensajes de texto de bajo coste de Twilio. Lo que también nos dice mucho de la realidad de los tiempos en que vivimos..
Antes de verano leía una entrevista con Tom Ollerton, director de marketing e innovación de We Are Social. En ella Ollerton anticipaba un futuro donde los candidatos mejor informados diseñarán sus currículums para responder a las preguntas que planteen estos algoritmos.
«En el futuro los bots de reclutamiento actuarán como avatares personales. Las empresas y las personas tendrán versiones de inteligencia artificial de ellas mismas, pero eso todavía está lejos”, afirmaba Ollerton en aquella entrevista.
Pues ya vemos que ese futuro puede que no quede tan lejos…
Pensemos, además, en las muchas ventajas que aporta el uso de chatbots para fines de reclutamiento: evitar el efecto de los sesgos inconscientes en la criba de candidatos, la velocidad y capacidad de procesamiento, la inmediatez del feedback a los candidatos, la posibilidad de liberar tiempo de reclutadores humanos que podría aplicarse a trabajar con candidatos válidos.
Por tanto, todo apunta a que estamos ante el principio del fin de la intervención humana en las fases de filtrado curricular y de “phone screening” con los que tradicionalmente se inician los procesos de selección.
Ahora me pregunto cuánto tiempo va a tardar LinkedIn (o el propio Google) en ofrecer un servicio de chatbots a candidatos y reclutadores…