Pienso que uno de los principales obstáculos que limitan la utilización de los medios sociales en los procesos de reclutamiento y selección es una falta de conciencia sobre la dimensión estratégica de estos procesos.
En el estudio de Talent Advantage que mencionaba en la anterior entrada se preguntaba a los participantes – 1.100 reclutadores de empresa de Estados Unidos, Reino Unido, India, Holanda, Canadá y Australia – por las tres cosas que más les preocupa que puedan hacer sus competidores en materia de reclutamiento.
Debería darnos que pensar que las tres más destacadas fuesen a) «que hagan un uso más eficaz de las redes sociales» (50%), b) «que desarrollen un repositorio de talento» (46%), y c) «que inviertan en mejorar su imagen de marca en el mercado» (37%). Tres aspectos que evidencian como los procesos de reclutamiento pueden ser una fuente de ventaja competitiva para una empresa, y para los que una buena estrategia de «reclutamiento 2.0» puede ser de gran ayuda. Una visión que, por otra parte, contrasta con la mucho más cortoplacista de ciertas empresas de nuestro entorno próximo que, cuando les hablas de la conveniencia de incorporar los medios sociales a su proceso de selección, te contestan que, como hace meses que no contratan a nadie, no les hace ninguna falta, y que, si acaso, ya se lo plantearán cuando vuelvan a contratar (sic).
Como si una comunidad de talento, o una imagen de marca se pudiesen improvisar de la noche a la mañana.