Teniendo en cuenta que los sujetos, objeto y precio de una relación de empleo son el resultado del encuentro entre oferta y demanda en un mercado, se entiende que los atributos de esa relación no son ajenos a los cambios que se producen en el entorno en que actúan empleador y empleado.
Por esta razón, en un entorno complejo, incierto y dinámico, como el actual, en algunos casos hipercompetitivo, que exige a las empresas un ejercicio continuo de adaptación para preservar su competitividad, es lógico esperar que esos atributos sufrirán una importante transformación en los años venideros. Algunos cambios tendrán que ver con la crisis mundial en la que estamos inmersos, otros vendrán motivados por avances tecnológicos, por cambios sociales, la evolución demográfica, o el fenómeno imparable de la globalización. En este sentido, un reciente post de Tammy Erickson sobre como va a afectar la crisis a la forma en que trabajamos, me ha inspirado para elaborar, desde mi modesta perspectiva y experiencia, la siguiente visión de de cuales van a ser las tres principales tendencias que determinarán la evolución de las relaciones de empleo en los próximos años:
- Desestructuración: Las empresas reducirán el tamaño de sus estructuras y sus límites serán más porosos. Se trabajará más en red. Las empresas compartirán más, serán más transparentes y estarán más abiertas a la colaboración. Se trabajará con soluciones de arquitectura organizativa efímera, que se puedan montar y desmontar con facilidad según las necesidades. Las relaciones entre las empresas y sus colaboradores serán más igualitarias. En los equipos humanos de las empresas aumentará la proporción de autónomos y microempresas frente a asalariados.
- Trabajaremos más (y mejor): La duración de la vida laboral se prolongará más y más, tal vez indefinidamente. Tendremos horarios más flexibles, pero al sacar las cuentas veremos que trabajaremos más horas. Se incrementará el número de trabajadores con contrato a tiempo parcial, pero también aumentará el pluriempleo en diferentes formatos (varios trabajos, trabajo asalariado + trabajo autónomo; trabajo asalariado + iniciativa empresarial, etc.). A lo largo de nuestra vida profesional tendremos más experiencias profesionales, más breves y para más empresas. Se difuminarán los límites entre ocio y trabajo y más personas podrán decir que trabajan en lo que les gusta.
- La «tiranía de la geografía» entrará en decadencia: La evolución tecnológica alisará el camino para que las empresas, en su búsqueda del mejor talento, puedan explorar todos los rincones del globo, del mismo modo que los individuos también podrán buscar quien les emplee en cualquier parte del mundo, en muchos casos sin necesidad de desplazarse. Se incrementará el teletrabajo y proliferarán los equipos virtuales formados por personas situadas en diferentes lugares del planeta. Ante la lógica del mercado las políticas para promover la diversidad dejarán de ser necesarias. Un permiso de trabajo nos parecerá algo obsoleto y carente de sentido.
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Totalmente de acuerdo con con esas tres tendencias. Lentablemenye coincido con Ignaci en que en España aun nos quedan muchas barreras que romper antes de que estas tendencias se generalicen y dejen de ser excepciones.
Estoy además totalmente de acuerdo con el asunto de los 45 días. No los discuto, es necesaria una protección de empleado, pero habría que fomentar una cultura y formación al empleado para que entendieran que las protecciones al despido son para eso, para protegerse, no barreras a la propia evolución del empleado que es en lo que se han convertido para muchos profesionales que languidecen en espera de alguna forma de "monetizar" todo lo que ellos "han dado" a la empresa en todos estos años.
¡No! Lo que has dado te lo han pagado en nomina! La hipotética indemnización, que a todos nos
encantaría pillar llegado el caso, no puede convertirse en un premio a buscar que impida tu evolución y que además limita y lastra la de tus compañeros.
Pero claro el riesgo no es confortable, no queremos salir de nuestra zona de confort.
Ignasi:
A mi lo triste es que, estando de acuerdo en que esa situación laboral efectivamente se dá, la empresa no haga nada. Por motivar y dar la oportunidad de que esos empleados válidos puedan aportar ideas a la organización. En esta situación de crisis puedo casí afirmar que el 99% de los empleados de una empresa están a la espera de una genial idea de la Dirección. Respecto a lo de los 45 días por año trabajado, por lo comentado, no es el problema, evidentemente.
Eliseo Pita.
Estoy totalmente de acuerdo con las tres tendencias que has expuesto en tu post. Pero me temo que estas tendencias en nuestro país van a ir muy rezagadas con respecto a Estados Unidos. Y sobre todo con la siguiente reflexión que expones en tu post “Se trabajará con soluciones de arquitectura organizativa efímera, que se puedan montar y desmontar con facilidad según las necesidades”
Según mi punto de vista, las estructuras efímeras sólo se pueden conseguir con una mentalidad menos conservadora de los empleados.
Me explico, actualmente los contratos en vez de proteger a los empleados los encorseta. Para mi es muy lamentable ver como amigos míos muy válidos no cambian de trabajo, crean su propia empresa o cómo has expuesto en tu post realizan un trabajo asalariado + trabajo autónomo simplemente porque no quieren dejar de cobrar los 45 días de 40 horas semanales por año trabajado.
Tristemente esta es un arma de doble filo. Las empresas están llenas de personas que se auto retienen realizando labores que ya no les llenan en lugar de escuchar su interior y hacer aquello que realmente desean. Sólo tienen una cosa que perder, los malditos 45 días por año trabajado, y en contrapartida tienen un abanico excitante de posibilidades increíbles para auto realizarse.