Imagínate que un día, al pasar por delante de un quiosco, ves en la portada de la revista Time que has sido elegido «persona del año».
Pues sí, este año ha sucedido. La portada que el prestigioso semanario dedica a la personalidad más influyente en 2006 no la ocupa ningún político, ni ninguna estrella del espectáculo, ni ningún científico. No, la portada es para ti. Para ti, para mí y para todos y cada uno de los millones de individuos que, con nuestras pequeñas aportaciones, vamos dando forma a eso que han dado en llamar Web 2.0.
La historia de la Web 2.0 es una historia de colaboración humana a una escala desconocida hasta el momento. Es la historia de los usuarios, de Google, de YouTube, de Wikipedia, de Flickr, de Linkedin, de MySpace, de los «blogs» como este, del «Open Source». Es la historia del desarrollo de una comunidad planetaria que no conoce de fronteras. Las reglas del juego de la política, la economía y la sociedad se están transformando ante su empuje. Estamos ante el nacimiento de la democracia digital.
Asistimos a una explosión de productividad e innovación nunca antes vista que se expande, imparable, conforme más y más individuos se deciden a aportar su granito de arena en la construcción de la red de redes. Modelos de negocio se quedan obsoletos de la noche a la mañana mientras otros irrumpen con fuerza de la nada. El mercado de trabajo se vuelve más transparente, más amplio, más libre. La globalización se impone por mucho que haya quien todavía intente negarla o se resista.
Estamos ante un momento histórico, ante una revolución muy especial que no sólo está cambiando el mundo, sino que también está cambiando la forma en que el mundo cambia. Una nueva era ha llegado
Post incluido en mi libro El arte de dirigir personas hoy (Libros de Cabecera, 2016)