A mediados del pasado año Culpepper presentaba un infome sobre el uso de los bonos de retención («retention bonuses»), un tipo de incentivos que ciertas empresas ofrecen a algunos de sus empleados con el objetivo de retenerlos en su plantilla.
Aunque del informe, que se centra en empresas de sectores próximos al mundo de la tecnología -software, hardware, biociencia, etc.-, se concluye que no es una práctica muy generalizada, pienso que no se debe menospreciar que cerca de un tercio de las empresas encuestadas ya recurran a este tipo de medidas, sea de un modo discrecional o formalmente, como un elemento más de su política retributiva.
La mayor parte de las empresas que utilizan estos bonos lo hacen para retener a sus empleados clave durante momento difíciles, en los que pueden verse especialmente tentados por «cantos de sirenas»: fusiones, desinversiones, o restructuraciones son algunos de estos escenarios. Pero también hay un tercio de empresas que echan mano de ellos simplemente para evitar la sangría en mercados de empleo «calientes» y asegurar la continuidad de la organización en el largo plazo.
Respecto a qué categorías de empleados son las que más frecuentemente reciben estos bonos, destacan, como no, los directivos, pero todavía son más frecuentes entre profesionales técnicos, una evidencia de dónde residen los activos intangibles de este tipo de empresas. La mayor diferencia entre ambas categorías -directivos y técnicos – radica en que cuando las empresas deciden otorgar bonos de retención a sus directivos normalmente incluyen en el programa a la totalidad del equipo directivo, mientras que cuando los dan a profesionales técnicos suelen ser mucho más selectivas y ofrecérselos sólo a aquellos profesionales cuya retención es más importante.
Los bonos de retención suelen consistir en cantidades fijas que se pagan, en la mayoría de los casos (55%), al final del período durante el que se quiere retener al empleado. Los importes varían según las categorías, pudiendo equivaler a más del 30% de la retribución fija anual en el caso de los ejecutivos. Por lo que se refiere al futuro de esta práctica, la mayor parte de las empresas encuestadas prevén mantener el uso que realizan actualmente de este tipo de incentivos, si bien resulta revelador que un 9% piensa aumentar su uso para el personal directivo, un 17% para los mandos técnicos y ¡un 22%! para los profesionales técnicos, lo que contrasta con tan solo un 2% de encuestados que prevé reducirlos o eliminarlos.
Otro claro indicador de que se aproxima un recrudecimiento en la «guerra por el talento», cuando menos en ciertos segmentos.
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La decisión dependerá de la situación de negocio que viva la empresa y las características de los empleados que queramos retener. En el caso de personal directivo es bastante normal que estos bonos se extiendan a todos los directivos de la empresa. En cambio, cuando se trata de retener a otros profesionales, por ejemplo a personal técnico cualificado, las empresas suelen ser más selectivas y ofrecerlos únicamente a aquellos a quienes más les interesa retener. Respecto a su cuantía, una práctica habitual es que el valor de dichos bonos esté referenciado a la retribución del empleado.
DESEARIA HACER UNA PREGUNTE ESPERO SU MENSAJE DEBERIA UNA CIA ESTABLECER RANGOS DE BONOS POR RETENCION DE ACUERDO AL DEPARTAMENTO Y AREAS CLAVES DE LA ORGANIZACION O GENERALIZAR EL VALOR QUE TIENE UN BONO DE RETENCION PARA TODOS LOS EMPLEADOS QUE ES MAS ACONSEJABLE?