En el último número de Knowledge @ Wharton se comenta un trabajo de Donald Gibson y Sigal Barsade titulado algo así como «¿Por qué las emociones son importantes para las organizaciones?» («Why does affect matter in organization?»). El estudio trata de cómo los estados de ánimo, el humor y las emociones de los empleados influyen sobre su desempeño, la toma de decisiones, la creeatividad, el liderazgo, el trabajo en equipo. «Las emociones pasan de una persona a otra como un virus» dicen los autores, que también destacan la «revolución afectiva» a la que hemos asistido en las últimas décadas.
La sociedad y la economía se han transformado profundamente y también el empleo. Hemos pasado del mundo de lo material y lo transaccional al mundo de lo intangible, las relaciones y las emociones. Las empresas tratan de seducir y desarrollar lazos afectivos con sus clientes al tiempo que cada vez dan más peso al componente relacional-emocional a la hora de seleccionar un candidato para una vacante. Entre otros motivos porque diversos estudios demuestran que las personas con una actitud positiva suelen tener un mejor desempeño que las negativas. Y no sólo porque caigan mejor a los demás sino, fundamentalmente, porque una mente positiva está mejor predispuesta a recibir y procesar información que una negativa.
En este contexto, los nuevos medios digitales utilizados para la comunicación empresarial (correo electrónico, mensajería instantánea, SMSs, etc.) plantean nuevos retos en relación a la transmisión de emociones dentro de la organización. Mucha gente piensa que es capaz de transmitir eficazmente sus estados de ánimo a través de estos medios, pero por muy hábiles que seamos a la hora de salpicar nuestros mensajes de emoticones, el riesgo de malos entendidos es mayor. Por esto, aunque nuevas tecnologías en auge -como las videollamadas- faciliten las cosas, para las cuestiones de mayor carga emocional lo más aconsejable siempre será una conversación cara a cara.
Imagen JanJochem Overgaauw bajo licencia Creative Commons
La lectura de este articulo sobre las emociones en las organizaciones, me ha recordado la lectura de un libro desde mi punto de vista muy aconsejable:
Emociones e inteligencia social de Ignacio Morgado
ayuda a entender muchas de las emociones y sentimientos que tenemos a diario, desde un punto de vista científico pero explicado de forma muy amena y facil de entender.