En muchas organizaciones parece que jefes y empleados habiten mundos paralelos y hablen idiomas distintos. Por eso me pareció muy ilustrativo este artículo de Roberta Matuson en Fast Company sobre algunas de las cosas que habitualmente piensan los empleados pero que los jefes no acaban de entender.
Por ejemplo:
«Estamos contentos de tener un trabajo, pero eso no quiere decir necesariamente que estemos contentos con nuestro trabajo. Hay una gran diferencia.»
«Puedes ser el jefe, pero no eres nuestro dueño. No vale -y cada vez menos- aquello de que las cosas hay que hacerlas ‘porque yo lo digo’.»
«Tenemos muy claro quien ‘tira del carro’ y quien no. Estamos cansados de cargar con las consecuencias del bajo rendimiento de otros. Deberías hacer algo al respecto, y cuanto antes mejor.»
«Lo que tienes que hacer es medirnos y recompensarnos por nuestros resultados, no por nuestra presencia.»
«Deja de hacernos perder el tiempo con encuestas. Sabes de sobra lo que no funciona. Simplemente arréglalo.»
«No metas tanto la nariz en los detalles. Eres el jefe, pero déjanos hacer nuestro trabajo. Parece que no confías en nosotros. Si es así mejor búscate a otros empleados en los que confíes.»
«No pretendas que actuemos como si la empresa fuese nuestra. Sencillamente no lo es. ¿Acaso no está claro? Además, es que ni siquiera nos gustaría que lo fuese.»
En fin, real como la vida misma.
Imagen paint everything bajo licencia Creative Commons.