Global, meritocrático, colaborativo, transparente, medible, virtual, móvil, variable, efímero, en red, bajo pedido. Son algunos de los adjetivos que solemos atribuir al trabajo del futuro. Unos atributos que se entiende provoquen vértigo a más de uno, pero que será mejor que vayamos asumiendo.
En esta línea apuntan fenómenos como la proliferación de freelancers, el crowdsourcing, o el desarrollo de mercados virtuales P2P, donde particulares intercambian productos y servicios. Uno de estos mercados es Coffee & Power, una iniciativa detrás de la cual se cuentan nombres como Philip Rosedale, fundador de Second Life, y Jeff Bezos, el padre de Amazon.
Coffee & Power (C&P) es una plataforma lanzada este mismo año que permite a sus usuarios comprar y vender pequeñas tareas de lo más variado: Responder a las cartas que los niños escriben por Navidad, pintar una acuarela, hacer una presentación de PowerPoint, enseñarte a preparar sushi, traducir textos, o hacer clic en tu perfil en Facebook son algunos ejemplos. Para quienes venden tareas es una buena fórmula para sacarse un dinerillo extra, mientras que para quienes las compran tiene la ventaja de poder hacer las cosas de una forma más rápida y barata que si las hace uno mismo, o si esas tareas se contratan a través de los canales tradicionales. Por aquello de predicar con el ejemplo el propio sitio web de C&P ha sido construido a base de fragmentar el proyecto en más de 1.500 pequeñas tareas que luego fueron asignadas a programadores repartidos por todo el planeta mediante un sistema paralelo denominado Worklist.
El funcionamiento de C&P es muy sencillo: Los usuarios pueden hacer o recibir ofertas (misiones) a través de su smartphone o vía SMS. Las transacciones se pagan y cobran en una moneda virtual -los C$’s-, que podemos conseguir realizando tareas para otros usuarios, o bien comprar mediante tarjeta de crédito o PayPal, método que también nos servirá para canjear los C$’s que ganemos por dinero real. Eso sí, tras aflojar la comisión correspondiente.
Además, C&P tiene la particularidad de no ser un servicio 100% virtual, ya que dispone de un espacio físico propio en San Francisco -el WorkClub-. Mitad café, mitad centro de coworking, el WorkClub sirve de lugar de encuentro para los usuarios de C&P, y no me extrañaría que pronto le siguiesen otros en otros lugares del mundo.
Una iniciativa interesante a la que seguir la pista.