Desde el año 2000, la firma de consultoría Booz & Co. publica anualmente el informe “CEO Succession” donde analiza la rotación de los máximos ejecutivos de las 2.500 empresas cotizadas más grandes del mundo. Según los datos del último informe, durante 2011 el 14,2% de esas compañías reemplazaron a su primer ejecutivo, frente a solo un 11,6% en 2010, aunque, todo sea dicho, esta cifra únicamente representa una vuelta a los niveles promedio de años anteriores.
Sin embargo, un dato que creo vale la pena destacar es el aumento del número de CEOs provenientes de fuera de la empresa. En concreto, un 22% de los nuevos CEOs nombrados en 2011 procedían de otra compañía, frente a solo un 14% en 2007. Y esto a pesar de que los CEOs “de la casa” suelen proporcionar a los accionistas mayores rendimientos que sus homólogos procedentes del mundo exterior. O al menos era así hasta ahora. No obstante, el hecho de que también se alargue el tiempo medio de permanencia en el puesto de los CEOs contratados en el mercado -tradicionalmente inferior al de los directivos producto de una promoción interna- parece confirmar esa tendencia: Contratar a ejecutivos ajenos a la empresa hoy da mejor resultado que hace unos años.
Estas cifras podrían indicar que más compañías empiezan a tomar conciencia de que el mundo ha cambiado y a valorar las ventajas de incorporar ejecutivos capaces de romper con los paradigmas de que son prisioneras, abrir la organización a su entorno, y actuar como guías en la exploración de territorios hasta el momento desconocidos. Asimismo, y aunque el estudio no nos ofrece información al respecto, es posible que, en un entorno volátil, incierto y complejo, el diferencial de rendimiento que históricamente ha distinguido a los CEOs promocionados internamente de los contratados en el mercado se esté reduciendo, ya sea porque las empresas han perfeccionado sus métodos de selección e incorporan mejores candidatos, o porque hoy en día la capacidad de interpretar el entorno y la organización con una mente libre de prejuicios tiene más valor del que tenía antes.
Aunque también es posible que, de nuevo, esté pecando de ingenuo…
Imagen Dennis Jarvis bajo licencia Creative Commons
Gracias por el comentario, Andrés. Otra interpretación del aumento de nuevos CEOs procedentes de otras empresas puede tener que ver con que cada día resulta más fácil buscar buenos ejecutivos en el mercado sin necesidad de pagar a un headhunter …
Un abrazo.
Hola Santi,
Buena reflexión como de costumbre. No suelo prestar demasiada atención a este tipo de estadísticas, ojo, eso no significa que las menosprecie, pero prefiero analizar tendencias desde una perspectiva cualitativa. En el caso que apuntas, puede que la coyuntura del mercado por la que navegamos desde hace unos años haya "invitado" a que más compañías tiendan a buscar a un CEO capaz de redimir a la organización o sacarla del atolladero, tras los habituales intentos con el "CEO's de la casa". Puede que agotada la vía habitual, y ante una necesidad acuciante por evitar el desastre, más compañías hayan optado por incorporar CEO's “forasteros”…
En realidad, estadísticas al margen, lo lógico sería pensar que una organización identifica al CEO más adecuado en base a su estilo y capacidades para liderar el proyecto en cada momento… independientemente de si ya está dentro o viene de fuera, pero quizás yo también esté pecando de ingenuo…
De nuevo, un placer leerte.
Andrés