La tecnología está cambiando el mundo y la forma en que el mundo cambia. La Red se desarrolla a un ritmo de vértigo. Surgen nuevos dispositivos, como las tabletas y los smartphones, que le comen terreno rápidamente a laptops y equipos de sobremesa. Los “social media” desplazan a medios como el teléfono, el correo electrónico, o los SMS, que hasta hace dos días nos parecían lo último de lo último en comunicaciones. El software como servicio gana adeptos y una cantidad creciente de información y aplicaciones ya reside ahí arriba, en «la nube». La conectividad forma parte de nuestras vidas. Las fronteras que separan el ámbito de lo profesional y lo personal se diluyen y acabamos viviendo en un estado de «standby» permanente en que no acabamos de desconectar del todo de ninguna de las dos esferas, a la espera de un mensaje, una alerta, o un aviso que nos hagan pasar de un mundo al otro.
Por su parte, las empresas se están encontrando con que sus empleados tienen acceso a mejor tecnología en su hogar que en el trabajo, valoran más una buena conexión a internet que el propio salario, no les parece de recibo que se vete el acceso a los medios sociales desde la oficina, y recurren a herramientas de productividad (ej. Dropbox, Evernote) o comunicaciones (ej. Skype, Whatsapp) no pensadas inicialmente para un uso profesional. Quieren ser productivos y colaborar, y no aceptan de buen grado que les impongan una determinada forma de trabajar si ellos piensan que existe otra mejor.
En este contexto más y más compañías están adoptando políticas “Bring Your Own Device” (B.Y.O.D.). Es decir, permiten a sus empleados decidir los dispositivos de comunicaciones y procesamiento de información con que trabajar. En algunas empresas, las personas incluidas en este tipo de programas tienen asignado un presupuesto que pueden utilizar para comprar el dispositivo que prefieran. Si desean un equipo de un nivel superior y se encuentran con que su precio excede el presupuesto asignado siempre pueden poner la diferencia de su bolsillo. Pero un verdadero programa B.Y.O.D. supone aceptar también que el empleado pueda traer de casa su propio ordenador, tableta, o smartphone personal, conectarse desde él a la red corporativa, y luego irse con él el día que deje la empresa. Una solución que, por otra parte, no deja de ser coherente con la realidad de un mercado de empleo donde las relaciones son más efímeras, las personas entran y salen de las organizaciones más fácilmente y su tiempo de permanencia en las mismas es, con frecuencia, más corto que la vida útil de uno de esos equipos.
Parece ser que el fenómeno iPad ha tenido mucho que ver con la proliferación de este tipo de políticas: un directivo compra uno, se lo lleva al trabajo y le dice a «el de Sistemas» que a partir de ahora tiene que poder trabajar también desde su tableta. Pero no siempre es tan fácil. Todavía hay muchas organizaciones donde esto es implanteable, especialmente aquellas cuya cultura está basada en la jerarquía, el control y la desconfianza, o donde los departamentos de IT ven riesgos de seguridad por todas partes, o temen que se les complicarán las labores de soporte. Sin embargo, para eliminar esos inconvenientes existen soluciones en el mercado, como el AnnyConnect Secure Mobility Client de Cisco, que permiten la conexión segura a redes corporativas desde una gran variedad de dispositivos. Además, respecto al trabajo de soporte, la experiencia dice que incluso puede llegar a reducirse porque cuando los dispositivos son suyos los empleados tienden a acudir ellos mismos al servicio oficial, a la tienda donde los compraron o a comunidades de usuarios donde encuentran solución a los problemas que les dan sus equipos.
No sé como lo veis vosotros, pero así como en Estados Unidos esto se está convirtiendo en una práctica generalizada no solo en startups tecnológicos, sino también en grandes empresas, me da la sensación que aquí vamos bastante por detrás. ¿Qué pensáis sobre esto? ¿Tenéis en vuestra empresa una política en este sentido? ¿Cuál es vuestra experiencia? ¿Conocéis a alguna que sí la tenga?
Imagen AJ LEON bajo licencia Creative Commons
Esto me recuerda a lo poner uno su propio coche para desplazarse por motivos laborales, y luego cobrar una birria de dieta para compensar los kms…
Creo que puede ser, y que ya es en algunos casos, una opción muy interesante y motivadora para los trabajadores con un perfil tecnológico medio o alto. Cada uno puede elegir su sistema operativo preferido, el hardware, etc. Los potenciales problemas de seguridad pueden resolverse con medidas de protección de los datos, permitiendo el acceso a los datos sólo desde la red interna por poner un ejemplo. Me encanta la idea de que te asignen un presupuesto para equipamiento y tu hagas con él lo que prefieras, esto evitaría algunos disparates que se cometen ahora.
Un saludo cordial y felicidades por la entrada
Buenos días,
Es una lástima que en ocasiones el tema de la seguridad se reduzca a "piensa mal y acertarás". Existe legislación como la LOPD que requiere que se tomen las medidas adecuadas de seguridad en una organización para proteger los datos personales, independientemente de la confianza que la organización tenga en sus trabajadores.
No se puede dejar simplemente que cualquier persona se conecte a la red interna de la organización desde su propio dispositivo móvil porque en muchas ocasiones el usuario no tiene un antivirus instalado por que dice que le va más lento el dispositivo, se conecta a cualquier página web sin ningún tipo de seguridad, etc, etc.
BYOD está muy bien pero si no es necesario para el negocio comprendo perfectamente que no se permita. Si BYOD va a aumentar la eficiencia del trabajo realizado estoy seguro de que un buen responsable evaluará los pros y contras.
Hola Xavi,
Gracias por tu comentario.
Pienso que una de las lacras que impide a muchas de nuestras empresas adoptar este tipo de soluciones es el principio de "piensa mal y acertarás" que todavía rige el comportamiento de sus directivos.
Lo triste es que este tipo de actitudes no es patrimonio exclusivo de jefes "chusqueros". También las he observado en algunos directivos jóvenes, en teoría muy bien formados. Y esto si que es preocupante …
Hola Santi,
estoy de acuerdo contigo en que aquí va a tardar en instaurarse este sistema. Al menos de forma generalizada.
Y creo que es una muy buena opción, ya que llevamos años en los que, prácticamente, disponemos de mejor tecnología en casa que no en el trabajo.
Evidentemente, las startup serán las pioneras en este sentido.
Un saludo,
Xavi