La semana pasada finalicé el curso online Elementos de IA: Introducción a la IA. Se trata de un curso desarrollado en 2018 por la Universidad de Helsinki y la firma de consultoría Reaktor, cuya versión en castellano vio la luz el pasado mes de abril de la mano de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), dentro del Plan Nacional de Competencias Digitales y de la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial del Gobierno.
A mí personalmente me ha gustado mucho.
Me parece un curso muy recomendable para cualquier persona que, sin conocimientos previos del tema, tenga curiosidad por entender cuáles son los principios conforme a los que funcionan estas tecnologías, cada vez más presentes en nuestras vidas, hasta dónde llega su potencial y qué desafíos plantean.
Creo que puede ayudar a muchas personas a comprender un poco mejor algunos cambios que está experimentando el mundo que nos rodea, y por esto me parece destacable que el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital esté en conversaciones con las universidades españolas para que el curso sea elegible como actividad de libre elección para los alumnos. Ojalá este impulso público se extienda pronto también a otros colectivos.
El curso es gratuito, los alumnos pueden hacerlo a un ritmo pautado o a su propio ritmo y la UNED proporciona dos créditos ECTS a las personas que lo aprueben (es decir, tiene un “valor” desde una perspectiva oficial).
Además, el curso está muy bien traducido y utiliza un lenguaje muy claro. En cuanto a su estructura, el curso se divide en seis capítulos, a los que te dicen necesitas dedicar entre cinco y diez horas a cada uno, aunque por mi experiencia creo que esto es un poco exagerado.
En el primer capítulo, a modo de introducción, se tratan los conceptos de autonomía y adaptabilidad, claves para explicar la IA, y se proporciona a los alumnos criterio para distinguir entre visiones de la IA realistas y poco realistas.
En el segundo capítulo, los alumnos aprenden a formular problemas reales como problemas de búsqueda y a formular juegos sencillos (como el tres en raya) en forma de árbol de juego, y a hallar los movimientos óptimos en un árbol de juego de dimensiones limitadas.
En el tercero, los alumnos aprenden a expresar probabilidades mediante frecuencias naturales, a aplicar la regla de Bayes para inferir riesgos en situaciones sencillas, y a explicar la falacia de la frecuencia base, y a evitarla aplicando el razonamiento bayesiano.
En el cuarto, los alumnos aprenden las diferencias entre aprendizaje automático supervisado y no supervisado, y las características de tres métodos supervisados de clasificación: el método del vecino más cercano, la regresión lineal y la regresión logística.
En el quinto capítulo, los alumnos aprenden qué es una red neuronal, cuáles son los principios y métodos técnicos en que se sustentan estas redes, y qué aplicaciones se están dando con éxito a este tipo de soluciones en la vida real.
Finalmente, en el sexto y último capítulo, lo que se busca es que los alumnos reflexionen sobre la dificultad de predecir el futuro, para que puedan valorar mejor las afirmaciones que se escuchan sobre IA, e identifiquen algunas implicaciones sociales de la IA como los sesgos algorítmicos, la generación de contenidos mediante IA, o los desafíos en materia de privacidad.
En cuanto a las evaluaciones, el curso se evalúa a través de 25 ejercicios, que el alumno se va encontrando a lo largo de las lecciones en vez de enfrentarse a ellos al final de cada lección o de cada capítulo como sucede en otros cursos. Además, cinco de esos ejercicios tienen la forma de ensayos, que son revisados y evaluados por otros alumnos.
Otro aspecto de este curso que también creo importante destacar es su historia.
La idea surgió hace cuatro años en Finlandia. Resultaba inspirador ver como un pequeño país, consciente de que difícilmente podía competir contra China o Estados Unidos en el desarrollo de tecnología básica de IA, apostaba por una vía alternativa: buscar un nicho en el ámbito de las aplicaciones prácticas de IA.
Una estrategia para la que podría suponer una ventaja que sus ciudadanos fuesen conscientes de las oportunidades y los riesgos de la inteligencia artificial, y tuviesen criterio para decidir qué es beneficioso y dónde quieren que su gobierno invierta. (Como veis todo muy nórdico).
Conocedor de esta estrategia, Teemu Roos, profesor de la universidad de Helsinki, tuvo la idea de adaptar el curso de introducción a la inteligencia artificial que llevaba años impartiendo a sus alumnos de la escuela de informática, y hacerlo accesible al público en general. Para ello se asoció con la firma de consultoría Reaktor, que también fueron quienes construyeron la web del curso.
El desafío, sin embargo, era como movilizar a la sociedad finesa en torno a esta iniciativa. Fue así como se les ocurrió la idea de definir y comunicar un objetivo aspiracional, grande, “de país”. La meta sería formar al menos al uno por ciento de los ciudadanos de Finlandia en los conceptos básicos de la IA. En otras palabras, un total de 55.000 personas.
Y parece que tuvo efecto. En muy poco tiempo, el proyecto se aceleró. En diciembre de 2017 más de 250 empresas ya habían anunciado que participarían en lo que llamaron el “desafío de la IA”, y a estas compañías pronto les siguió el Gobierno. El Ministerio de Asuntos Exteriores, y la autoridad fiscal anunciaron que también capacitarían a sus trabajadores. Y en septiembre de 2018, cuando se graduaron los primeros estudiantes, el presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, participó en la ceremonia.
Pero la cosa no quedó aquí. Al año siguiente, en 2019, coincidiendo con que a Finlandia le correspondía la presidencia rotatoria de la Unión Europea, el Gobierno finlandés propuso incluir a todos los ciudadanos europeos dentro del alcance de este proyecto. En un contexto en el que Europa veía como sus empresas perdían fuelle en la carrera entre chinos y estadounidenses por el dominio de esta tecnología, los demás Estados miembros acogieron muy positivamente esta iniciativa. El objetivo, por tanto, ya no sería formar a 55.000 finlandeses, sino que el uno por ciento de los europeos, unos cinco millones de personas, aprenda conocimientos básicos de IA a través de este curso.
Y así están las cosas hoy en día, COVID mediante. Las últimas cifras que tenemos son que hasta el momento más de 650.000 personas de más de 170 países han realizado el curso. De ellas el 40% son mujeres y el 25% (entre las que me cuento) mayores de 45 años. Algo que destacar en un ámbito en el que escasean las mujeres y que muchos todavía ven como «algo de jóvenes».
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Imagen jhnmccrmck bajo licencia Creative Commons.